domingo, 28 de febrero de 2010

Lectura rápida 1: la regresión


¡Hola, queridines!

Después de una pausa necesaria para esperar las plazas y asimilar que he quedado la doce (¡¡¡yujuu!!! ¡¡¡la doce!!! ¡¡¡viva yo!!!) he vuelto. A decir verdad, estaba un poco preocupada también por el tema de ¿en serio voy a ir yo a ir dando lecciones de cómo estudiar, cuando el primer examen me saca sesenta puntacos? ¿¿De qué voy?? Yo qué sé, chicos, quizá sea un poco presuntuoso por mi parte. Pero bueno: si a vosotros o sirve, contenta que me quedo. Al menos espero poder transmitiros algo de la diversión y la emoción que he sentido este año estudiando y contribuir un poco a aumentar la moral de las tropas (vosotros).

Hoy vamos a hablar de la lectura rápida. El tema de la lectura rápida parece de ciencia ficción. Para el que no haya leído nada del tema en El Arte de la Memoria, consiste en aprender a leer mucho más velozmente de lo que lo hacemos ahora y asimilando mucha más información.

La primera reacción es el escepticismo. Si realmente se pudiera leer así, nos lo habrían enseñado en la escuela, ¿no? Error. Teniendo en cuenta que es posible sacar una licenciatura, e incluso una oposición, sin saber nada de lectura rápida, es perfectamente factible que tus maestros y profesores no tengan ni idea del tema. Lo que no quiere decir que no exista.

Yo os digo que la lectura rápida existe. Al final de mi estudio PIR, me leía los libros de Estrella a una velocidad de unos 30 segundos por página; unas cuatro veces más rápido que durante la segunda vuelta, en la que tardaba como dos minutos por cada una. Además, me enteraba mucho mejor que al principio. Esto no sólo se debe a que tuviera ya los temas bastante masticados, porque he puesto en práctica la técnica con otros textos y con apuntes que leía por primera vez y de verdad que funciona.

Aquí tenéis una buena selección de artículos sobre lectura rápida. Echad un vistazo antes de seguir leyendo, porque no voy a volver a explicar lo que Luis ha escrito sobre el tema con mucho más conocimiento y claridad que yo. Lo que puedo aportar es mi explicación personal y mi experiencia particular con este método de lectura, que yo más que como un súper método secreto entiendo más bien como un conjunto de hábitos beneficiosos que se pueden ir incorporando poco a poco. En ese sentido, no os preocupéis si al principio os parece que no conseguís leer así. No se puede cambiar una costumbre de años en diez minutos. Tengamos paciencia.

Hoy vamos a empezar con el tema de la regresión. Lo explico brevemente para aquéllos que no hayan leído los artículos enlazados (sé que no sois malos alumnos; es que hay mucha información y al principio es difícil ubicarse). El tema es que a menudo, y sobre todo cuando estamos leyendo apuntes o libros de texto, lo hacemos volviendo atrás en cada párrafo para asegurarnos de que nos hemos enterado bien de lo que pone. Esta costumbre, además de hacernos perder mucho tiempo, no mejora en nada nuestro rendimiento.

Hay varias razones por las que se lee con regresión. La primera es, lógicamente, que no estás lo suficientemente concentrado como para enterarte bien a la primera de lo que pone el texto. Si para solventar este problema relees el párrafo, tú mismo te darás cuenta de que no estás haciendo más que alimentar el círculo vicioso de la distracción. Es como si tienes que limpiar un césped de hojas secas y a cada rato vas volviendo para revisar el fragmento anterior de tierra y comprobar que lo has limpiado bien. Lo más normal es que termines por no recoger todas las hojas a la primera; si total, vas a volver más adelante, te dejas unas pocas y lo haces en dos tandas. Si tu cerebro sabe que tienes por costumbre volver sobre los párrafos, no se va a esforzar mucho en la primera pasada, ¿para qué , si sabe que tendrá que volver de cualquier forma?

Acostumbrarte a leer sin regresión es una forma de decirle a tu cerebro: espabila, chaval, que no tengo todo el día. Poco a poco, te irás acostumbrando a que el primer intento es el bueno y a absorber en ese intento el máximo posible de información.

La otra razón por la que solemos utilizar la regresión es, como explica este artículo, que no te estás enterando bien de lo que lees porque no tienes suficiente información para integrarlo en tu cuerpo de conocimientos. Eso te va a pasar a menudo con los apuntes del PIR. Tu primera reacción va a ser: ¡¡ALARMA TOTAL, warning, no me he enterado de nada y me lo van a preguntar en el examen!!. Tras releer el párrafo seis veces, dibujas al lado una interrogación enorme, buscas en google, te vas al foropir, preguntas a la gente y cuando te quieres dar cuenta has perdido media hora para intentar entender un párrafo.

Si lees sin regresión puede que se te escapen conceptos en la primera lectura. No obstante, piensa que, ya que gracias a eliminar la regresión vas a tardar la mitad en leer ese tema, puedes emplear el tiempo que has ahorrado en volverlo a leer, de nuevo sin regresión. Es decir, sustituyes la regresión (volver sobre el último párrafo o sobre las últimas palabras de la frase) por la relectura (lees desde el principio todo el tema o todo el libro). Probablemente descubrirás que en la relectura eres capaz de captar un alto porcentaje de la información que no conseguiste asimilar al principio, e incluso puede que te des cuenta de que en la primera lectura ya habías recogido mucha más información de la que pensabas.

Para esto, Ramón Campayo pone el ejemplo de una película de cine. Imagínate que quieres entender y memorizar una película cualquiera. Empiezas por el principio: ves la primera escena, le das al pause, la rebobinas y la vuelves a ver varias veces. Intentas memorizar con detalle la cara del protagonista, la de su interlocutor, el paisaje, el color de la ropa, el nombre de su madre y la marca del coche que está aparcado detrás. Tratas de extraer el máximo de significado del diálogo que mantienen. Después haces lo mismo con la siguiente escena, después con la siguiente y así hasta llegar al final de la película.

Ahora lo haces sin regresión. Ves la misma película tres veces seguidas, por ejemplo. ¿Cuándo es más fácil comprenderla y memorizarla? Probablemente recojas mejor el sentido de cada diálogo una vez que sabes de qué va la trama. Probablemente te sea más sencillo no memorizar la marca del coche que hay detrás de los protagonistas si resulta que ese coche no vuelve a aparecer en toda la película y no tenía ninguna importancia. Probablemente se te quede grabado el nombre de su madre si más adelante descubres que era una famosa asesina en serie que escribía su nombre sobre los cadáveres de sus víctimas.

Con los apuntes o libros pasa lo mismo. Nos empeñamos en entender un párrafo que quizá venga mejor explicado más adelante, o en memorizar un autor que no vuelve a aparecer en todo el temario. Leer sin regresión haciendo varias pasadas de todo el tema, en lugar de volver sobre cada párrafo, es una costumbre buenísima para ahorrar tiempo y aumentar la comprensión.

Mucho más en breve, queridos lectores.

6 comentarios:

Vergel dijo...

Que interesante!! Yo entiendo que la mente va mucho más rápido que el habla, y los ojos más rápidos que la boca, lo que no tengo tan claro es que se pueda hablar sin subvocalizar. De hecho están investigando para traducir las subvocalizaciones http://www.theinquirer.es/2006/10/15/habla_subvocal_la_tecnologia_d.html Supongo que más bien es una manera de reducir el habla a lo conceptual o visual (en lugar de leer copiando el ritmo que usamos al hablar) pero que las verbalizaciones siguen, ya que el contexto sigue siendo verbal. También me parece interesante que cuando trato de leer más rápido inclino la cabeza para la izquierda (Qué será?) para verlo más globalmente.

Muy bueno el ejemplo de las pelis. Mi profe de 8º de EGB simplemente decía que estudiar era poner capas de pintura, cuantas más capas (repasos) uno haga, más pintada y arreglada está la pared. El temario se queda casi sin darnos cuenta.

panfrito dijo...

gracias por el comentario del post anterior! Creo que estudiaré Estrella las asignaturas de base y luego me meteré en manuales para las de clínica!

Y sin regresión!!

panfrito

Anónimo dijo...

Brujinus, ¿conoces algún libro bueno de reglas mnemotécnicas o cosas así? Conozco el de Ramón Campayo (Desarrolla una mente prodigiosa) y seguro que hay millones,pero ¿alguno con buenas referencias? Gracias, saludines!!

Brujinus dijo...

Vergel: muchas gracias por tu comentario, es muy interesante. Yo cada vez leo más sin subvocalizar, pero algo sí subvocalizo, aunque sean palabras sueltas. Cuando escribo, por ejemplo, lo hago siempre porque voy más despacio. La sensación de leer sin subvocalizar es rarísima, pero cuando empiezas a lograrlo es cuando más avanzas.

Pànfrito: de nada por el comentario de antes. Para lo que necesites, aquí me tienes.

Anónimo: El chico de "El arte de la memoria" acaba de sacar un libro y seguro que está muy bien (de verdad que no me da comisión, es sólo que me encanta su página). El de Ramón Campayo está bien, pero lo veo más enfocado a otro tipo de exámenes que al nuestro y no sé si merece la pena comprarlo para la información útil que trae. Por lo demás no sé de ningún otro, lo siento :(

Saludos y gracias a los tres.

Ro dijo...

A ver si me queda claro, lo d subvocalizar es cuando vas leyendo y pronunciando en voz baja al mismo tiempo? o cuando vas leyendo y va "sonando" en tu cabeza, como si te escucharas leer a ti mismo?

Brujinus dijo...

¡Hola, Ro!

Perdona por no contestarte antes, no había visto el comentario.

Justo hoy he colgado el post sobe la subvocalización. Espero que resuelva tus dudas. Pero te anticipo que subvocalizar es cuando escuchas las palabras en tu cabeza, sin necesidad de que las pronuncies con la boca.

Besitos y abracitos.