domingo, 28 de febrero de 2010

Lectura rápida 1: la regresión


¡Hola, queridines!

Después de una pausa necesaria para esperar las plazas y asimilar que he quedado la doce (¡¡¡yujuu!!! ¡¡¡la doce!!! ¡¡¡viva yo!!!) he vuelto. A decir verdad, estaba un poco preocupada también por el tema de ¿en serio voy a ir yo a ir dando lecciones de cómo estudiar, cuando el primer examen me saca sesenta puntacos? ¿¿De qué voy?? Yo qué sé, chicos, quizá sea un poco presuntuoso por mi parte. Pero bueno: si a vosotros o sirve, contenta que me quedo. Al menos espero poder transmitiros algo de la diversión y la emoción que he sentido este año estudiando y contribuir un poco a aumentar la moral de las tropas (vosotros).

Hoy vamos a hablar de la lectura rápida. El tema de la lectura rápida parece de ciencia ficción. Para el que no haya leído nada del tema en El Arte de la Memoria, consiste en aprender a leer mucho más velozmente de lo que lo hacemos ahora y asimilando mucha más información.

La primera reacción es el escepticismo. Si realmente se pudiera leer así, nos lo habrían enseñado en la escuela, ¿no? Error. Teniendo en cuenta que es posible sacar una licenciatura, e incluso una oposición, sin saber nada de lectura rápida, es perfectamente factible que tus maestros y profesores no tengan ni idea del tema. Lo que no quiere decir que no exista.

Yo os digo que la lectura rápida existe. Al final de mi estudio PIR, me leía los libros de Estrella a una velocidad de unos 30 segundos por página; unas cuatro veces más rápido que durante la segunda vuelta, en la que tardaba como dos minutos por cada una. Además, me enteraba mucho mejor que al principio. Esto no sólo se debe a que tuviera ya los temas bastante masticados, porque he puesto en práctica la técnica con otros textos y con apuntes que leía por primera vez y de verdad que funciona.

Aquí tenéis una buena selección de artículos sobre lectura rápida. Echad un vistazo antes de seguir leyendo, porque no voy a volver a explicar lo que Luis ha escrito sobre el tema con mucho más conocimiento y claridad que yo. Lo que puedo aportar es mi explicación personal y mi experiencia particular con este método de lectura, que yo más que como un súper método secreto entiendo más bien como un conjunto de hábitos beneficiosos que se pueden ir incorporando poco a poco. En ese sentido, no os preocupéis si al principio os parece que no conseguís leer así. No se puede cambiar una costumbre de años en diez minutos. Tengamos paciencia.

Hoy vamos a empezar con el tema de la regresión. Lo explico brevemente para aquéllos que no hayan leído los artículos enlazados (sé que no sois malos alumnos; es que hay mucha información y al principio es difícil ubicarse). El tema es que a menudo, y sobre todo cuando estamos leyendo apuntes o libros de texto, lo hacemos volviendo atrás en cada párrafo para asegurarnos de que nos hemos enterado bien de lo que pone. Esta costumbre, además de hacernos perder mucho tiempo, no mejora en nada nuestro rendimiento.

Hay varias razones por las que se lee con regresión. La primera es, lógicamente, que no estás lo suficientemente concentrado como para enterarte bien a la primera de lo que pone el texto. Si para solventar este problema relees el párrafo, tú mismo te darás cuenta de que no estás haciendo más que alimentar el círculo vicioso de la distracción. Es como si tienes que limpiar un césped de hojas secas y a cada rato vas volviendo para revisar el fragmento anterior de tierra y comprobar que lo has limpiado bien. Lo más normal es que termines por no recoger todas las hojas a la primera; si total, vas a volver más adelante, te dejas unas pocas y lo haces en dos tandas. Si tu cerebro sabe que tienes por costumbre volver sobre los párrafos, no se va a esforzar mucho en la primera pasada, ¿para qué , si sabe que tendrá que volver de cualquier forma?

Acostumbrarte a leer sin regresión es una forma de decirle a tu cerebro: espabila, chaval, que no tengo todo el día. Poco a poco, te irás acostumbrando a que el primer intento es el bueno y a absorber en ese intento el máximo posible de información.

La otra razón por la que solemos utilizar la regresión es, como explica este artículo, que no te estás enterando bien de lo que lees porque no tienes suficiente información para integrarlo en tu cuerpo de conocimientos. Eso te va a pasar a menudo con los apuntes del PIR. Tu primera reacción va a ser: ¡¡ALARMA TOTAL, warning, no me he enterado de nada y me lo van a preguntar en el examen!!. Tras releer el párrafo seis veces, dibujas al lado una interrogación enorme, buscas en google, te vas al foropir, preguntas a la gente y cuando te quieres dar cuenta has perdido media hora para intentar entender un párrafo.

Si lees sin regresión puede que se te escapen conceptos en la primera lectura. No obstante, piensa que, ya que gracias a eliminar la regresión vas a tardar la mitad en leer ese tema, puedes emplear el tiempo que has ahorrado en volverlo a leer, de nuevo sin regresión. Es decir, sustituyes la regresión (volver sobre el último párrafo o sobre las últimas palabras de la frase) por la relectura (lees desde el principio todo el tema o todo el libro). Probablemente descubrirás que en la relectura eres capaz de captar un alto porcentaje de la información que no conseguiste asimilar al principio, e incluso puede que te des cuenta de que en la primera lectura ya habías recogido mucha más información de la que pensabas.

Para esto, Ramón Campayo pone el ejemplo de una película de cine. Imagínate que quieres entender y memorizar una película cualquiera. Empiezas por el principio: ves la primera escena, le das al pause, la rebobinas y la vuelves a ver varias veces. Intentas memorizar con detalle la cara del protagonista, la de su interlocutor, el paisaje, el color de la ropa, el nombre de su madre y la marca del coche que está aparcado detrás. Tratas de extraer el máximo de significado del diálogo que mantienen. Después haces lo mismo con la siguiente escena, después con la siguiente y así hasta llegar al final de la película.

Ahora lo haces sin regresión. Ves la misma película tres veces seguidas, por ejemplo. ¿Cuándo es más fácil comprenderla y memorizarla? Probablemente recojas mejor el sentido de cada diálogo una vez que sabes de qué va la trama. Probablemente te sea más sencillo no memorizar la marca del coche que hay detrás de los protagonistas si resulta que ese coche no vuelve a aparecer en toda la película y no tenía ninguna importancia. Probablemente se te quede grabado el nombre de su madre si más adelante descubres que era una famosa asesina en serie que escribía su nombre sobre los cadáveres de sus víctimas.

Con los apuntes o libros pasa lo mismo. Nos empeñamos en entender un párrafo que quizá venga mejor explicado más adelante, o en memorizar un autor que no vuelve a aparecer en todo el temario. Leer sin regresión haciendo varias pasadas de todo el tema, en lugar de volver sobre cada párrafo, es una costumbre buenísima para ahorrar tiempo y aumentar la comprensión.

Mucho más en breve, queridos lectores.

domingo, 21 de febrero de 2010

Introspección III: las malditas horas


Entre las cuestiones iniciales sobre las que deberíamos pensar una vez que empezamos a estudiar el PIR, está la siempre controvertida cuestión de las horas. ¿Cuánto tiempo me pongo? ¿Empiezo poco a poco o me meto a tope desde el principio? ¿Mientras más horas mejor, siempre?

Yo empecé contando las horas como medio para motivarme. Además, participaba en el hilo de fichaje, que ha sido un gran apoyo para mí durante todo el estudio. Empecé estudiando unas seis horas y me mantuve en siete o siete y pico hasta noviembre. Ahí intenté subir a ocho, pero rara vez lo conseguía sin agotarme. En diciembre, cuando me encerré en casa y cambié mi método de estudio, bajé a cinco-seis horas y así me mantuve hasta enero. Es decir, que cuando todo el mundo andaba metiéndose jornadas de diez y doce horas, yo estudiaba menos (en tiempo) que nadie pero más (en rendimiento) que nunca. Para que os hagáis una idea, llegué a leerme Clínica I de Estrella, que creo recordar que son más de 300 páginas, en dos horas. Cuando pienso que en la primera vuelta que le di tardé dos semanas, me doy cuenta de lo muchísimo que he progresado a lo largo del camino PIR.

[Por supuesto, esto está matizado por el hecho de que al final tenía el libro muy masticado, pero no quita que hiciera muchísimos progresos en lectura rápida. Ya os contaré]

Contar las horas no es malo. Nos da feedback y nos asegura que no nos dormimos en los laureles. Mi problema personal con las horas fue que cuando me proponía, por ejemplo, hacer ocho horas en un día, me pasaba lo siguiente:

1. Llegaba a la biblio tarareando mentalmente la canción del malo de Star Wars. Es que me daba energía positiva. Era la "marcha oposeitor".
2. Me sentaba, sacaba mis apuntes y ponía en marcha el crono.
3. Veía un 20 minutos que alguien se había dejado en la silla de al lado. Pensaba en parar el crono, pero me decía a mí misma "si total, hasta las ocho horas... ¿qué más da una propinilla?".
4. Empezaba a estudiar. A la hora estaba ya hasta el potorro, pero pensaba "si me levanto ahora, se me va a hacer larguísimo hasta rellenar las cuatro horas de la mañana, así que voy a pasear los ojos por la página para rellenar tiempo".
5. Se me ocurría un dibujo para una regla mnemotécnica y me ponía a colorearlo con los rotus de colores. Así al menos llenaba unos minutillos más.

Y así sucesivamente. A las siete horas y pico, en general, no podía más. Me forzaba a seguir hasta que no era capaz ni de leer las preguntas tipo test. Al final, dudo que aprovechara las ocho horas, y llegaba a mi casa con una sensación de tristeza y de desesperación muy desagradable.

Por supuesto, sé que habrá quien eche ocho horas y las aproveche. Yo no soy capaz. Cuando estudiaba cinco o seis horas, quedaba menos bonito en el crono pero me cundían desde el principio hasta el fin. Además, como estudiaba en intervalos de media hora (explicaré esto más adelante) me concentraba muchísimo y terminaba mucho más descansada.

Me he ido un poco por las ramas. Todo lo anterior lo cuento para ilustrar que, desde mi punto de vista, proponerse echar cada vez más horas no es un buen enfoque del estudio. Mi enfoque sería: echa un número de horas mínimo que puedas cumplir con comodidad y céntrate en aumentar tu rendimiento en esas horas. Mucho más motivante, agradable, descansado y beneficioso para tu vida social y tu bienestar psicológico.

[He aquí un cuentecito que ilustra muy bien, para mi gusto, el tema de la lucha con las horas.]

¿Cuánto es ese mínimo de horas al principio?

En mi experiencia, cinco o seis horas es un horario bastante cómodo. Permite terminar relativamente pronto (si te organizas bien y madrugas, a las siete puedes estar listo) y tener vida más allá del PIR, algo MUY importante para estudiar con la moral alta. Y en mi experiencia también, yo empezaría con esas 5 o seis horas desde el principio. Hay quien prefiere coger el estudio poco a poco, con una par de horas diarias, e ir ampliando. Personalmente, recomiendo empezar a ritmo moderado desde el comienzo. ¿Por qué?

- Supongamos que estás dedicándote exclusivamente a estudiar. Bueno, pues el PIR es tu trabajo, así que no te vas a morir por aguantar jornadas de seis horas cuando hay gente que se chupa ocho o diez en curros más exigentes. Recuerda: estás transformándote en oposeitor. Tu mutación empieza aquí.
- Es un horario cómodo. En serio. De nueve a una y de cuatro a ocho, por ejemplo, incluyendo descansos y la SS (Sagrada Siesta), te puedes permitir no madrugar mucho y tienes cuatro o cinco horas por la noche para hacer lo que quieras. Si te va madrugar o no duermes siesta, de ocho a una y de tres a seis y media o siete también es un horario estupendo que te deja media tarde libre. Ya quisieran los oficinistas.
- Creo que es mejor empezar fuerte, ir avanzando temario y poder darse más adelante un descanso completo (por ejemplo, de varios días) para recuperar fuerzas. Si empiezas estudiando dos horas, ¿en qué estás empleando las otras cuatro? Suponiendo, recordemos, que no trabajas o te dedicas a algo más aparte del PIR. Las dedicarás al ordenador, a ver series, a leer, a tus hobbies o a pasear. No es exactamente descansar, así que tu nivel de cansancio después de unas semanas no va a ser muy inferior al que tendrías si dedicas seis horas diarias a estudiar. Lo que pasa es que tendrás mucho menos camino andado y quizá no sea tan recomendable que te tomes varios días de descanso.
- Al empezar a estudiar estás fuerte. No acumules descanso cuando aún no lo necesitas. El descanso viene después del cansancio, es decir: si no estás cansado, aprovecha y dale duro. Tranquilízate a ti mismo: cuando estés cansado, podrás descansar sin culpabilidad y el tiempo que sea necesario.
- No vayas a remolque de tus habilidades; que sean ellas las que van a remolque de ti. Es decir, que si no te concentras, es necesario que aprendas a concentrarte, pero no hagas que esa falta de concentración decida por ti el tiempo que vas a dedicar al estudio. Sé ambicioso.

Nota para los que trabajan y estudian: yo no lo he hecho, así que, ¿qué consejos voy a dar? Sois unos máquinas y punto. Si tuviera que hacerlo, hoy por hoy, creo que mi recomendación sería: descansa. Mejor dos horas descansado que cuatro hecho polvo y a fuerza de café. Mi récord personal de diferencia de rendimiento entre estar cansada y descansada ha sido de cuatro veces más. Si esas dos horas te cunden como ocho, te merece más la pena descansar las otras dos.

En cualquier caso, como ya dije al principio, no aceptes nada que no compruebes que te resulta beneficioso. Si la perspectiva de estudiar cinco o seis horas te angustia tanto que te bloqueas, empieza por una hora. O por media. Lo importante al principio es ponerse en marcha, y cada uno debe empezar al máximo ritmo que le permita avanzar sin agobios.

Eso es todo por hoy, amigos. Mucho ánimo en el Largo Camino PIR.

PD: No he aguantado sin PC, lo confieso. Me ha podido la ansiedad pre-plaza. Pero estoy descansando los ojitos cada quince minutos y utilizando lágrima artificial. A ver qué tal así.

viernes, 19 de febrero de 2010

Vacaciones de PC

Pues a ver... después de estudiar siete meses y de unas cuantas semanas de empantallamiento masivo, creo que mis ojos se están resintiendo. Ya apenas uso las lentillas porque se me resecan y creo que veo peor con las gafas (y ya soy miopísima). Estoy un poco preocupada por que me siga aumentando la miopía hasta el infinito, asi que he decidido descansar de PC unos días y después reducir bastante la ración. Voy a ver si aguanto sin conectarme hasta el día de las notas, que por supuesto me daré un atracón de foro, aunque igual aparezco antes.

En fin, que siento poner en pausa el blog nada más empezarlo, pero que no penséis que paso de él, que volveré.

Abrazos múltiples.

Introspección II: cuestiones que plantearse antes de empezar


OK. Entonces hemos decidido que vamos a ser muy introspectivos, así que nos vamos a una montaña, nos sentamos en una piedra y cerramos los ojos. "Soy introspectivo, soy introspectivo", repetimos. ¿Y ahora qué? ¿Sobre qué tenemos que introspeccionar?

El primer tema sobre el que hacer introspección es el del material a utilizar. Sobre esto, yo creo que hay que ser sincero con uno mismo y encontrar el equilibrio entre optimizar el tiempo (la vagancia bien entendida) y ser realista. Ejemplos prácticos:

- Una persona con un 3'2 de expediente decide que va a estudiar por manuales para hacer un examen maravilloso y quedar el primero de su promoción. Está bien, pero estudiando por su cuenta corre el riesgo de perderse y de tener que esperar a la siguiente convocatoria, y a no ser que tenga razones poderosas para querer quedar el primero (como pillar a toda costa la única plaza de su ciudad) quizá es más inteligente comprarse unos buenos apuntes, hacer un examen razonablemente bueno y entrar a la primera.

- Una persona con un 1'2 de expediente decide que se va a estudiar las carpetas de CEDE del año 2001 que le ha regalado un colega, a ver si hay suerte. Si no la hay, ya ampliará para el año siguiente. En mi opinión, y con esto quiero ser cauta porque ya he dicho que yo no tengo bajo expediente y es un tema delicado, mejor mentalízate de que tienes que hacer un peazo examen y ponte desde el principio con manuales actualizados. Aunque tardes más, al menos estarás construyendo tu estudio sobre bases más seguras.

Leyendo lo de arriba puede parecer que no vamos a ser tan "tontos" como para cometer estos errores. Pues atentos al tema: es fácil cometer errores cuando uno estudia solo. Además, el problema es que no va a haber nadie que te diga "la estás liando, cambia de estrategia". Serás tú quien tenga que decirte eso. Hay opositores que cuentan con preparadores que les toman la lección una vez por semana y les dan consejos si ven que se han atascado. Tú tienes que ser tu propio preparador.

Más cuestiones sobre las que reflexionar al principio del estudio. ¿Dónde voy a estudiar? ¿En mi casa o en biblioteca?

De nuevo, realismo, por favor. Si hemos terminado una carrera, es de suponer que ya sabemos lo que nos va mejor. Así que no pensemos que ahora que somos oposeitors hemos cambiado mágicamente de personalidad y no nos meteremos en Internet si estamos en casa, o no nos iremos a tomar café con los colegas en la biblioteca. O aún peor: que tenemos que desarrollar nuestra fuerza de voluntad para ser opositores, así que más nos vale empezar desde el principio.

La fuerza de voluntad es nuestra amiga, sí, pero como último recurso. Imagina que estás educando a un niño pequeño. No quieres que vea la tele, así que lo sientas delante de la tele y le dices: "Me voy a ir de la habitación. No veas la tele". Como adulto, ves claramente que hay opciones mucho mejores para ayudar al niño a que no vea la tele: entretenerle con otra actividad, desenchufar o bloquear la tele de alguna forma, sacar al niño de la habitación; lo que se conoce como control de estímulos. Con uno mismo es común pensar que como somos adultos y seres humanos racionales, tenemos que tirar de nuestra fuerza de voluntad, y que si no lo hacemos somos una basura. Briconsejo: mientras menos oportunidades nos demos a nosotros mismos para liarla, mejor. A la larga, nos vamos a sentir más autoeficaces y voluntariosos que si tiramos de la FV en bruto, caemos en la tentación y empezamos con los automensajes rollo "soy un desastre y nunca sacaré esta oposición".

Volvamos al tema de dónde estudiar. En lugar de decir "voy a estudiar en casa y a echar mano de mi fuerza de voluntad cuando el ordenador me atraiga con sus cantos de sirena", o "me voy a ir a estudiar con mi amigo Pepito y a sacar mi poderosa fuerza de voluntad cuando me diga de salir antes a tomarnos unas cañas", es mucho más fácil decir "me voy a ir a la biblioteca de Informática, que no conozco a nadie, aunque tenga que tomarme los cafés solo y con pinta de autista" o "me voy a ir a estudiar con mi amigo Juanito, que lleva cinco años preparando las oposiciones a juez y no me va a dejar distraerme". Esto también requiere fuerza de voluntad, pero menos.

[De hecho, algunos sabréis (y si no lo aprenderéis pronto) que se trata de un autocontrol decisional, es decir: tomo esa decisión y luego ya me puedo relajar, mientras que estudiar con el ordenador encendido a dos metros es autocontrol demorado, que hay que mantener continuamente y resulta mucho más difícil.]

Mi opción personal: estudié en biblioteca los cinco primeros meses; los dos últimos estuve metida en casa. Al final estaba ya bastante entrenada y no me costaba ponerme a estudiar en casa, pero al principio la biblioteca me vino muy bien para imponerme una rutina. Otro aspecto positivo que tiene estudiar fuera de casa es que uno se siente hasta cierto punto como si tuviera un trabajo y fuera un miembro normal de la sociedad. Opositar es duro, además de por el esfuerzo que requiere, por la presión psicológica que supone estar inmovilizado económica y laboralmente, jugándotelo todo a una sola carta. Si encima te pasas el día en pijama y encerrado en casa, aún será más difícil. Otro punto a favor es que estarás rodeado de oposeitors como tú y te sentirás menos solo.

Por supuesto, hay quien habla maravillas de estudiar en su casa y que ama el rollo "todo el día en pijama". Yo llegué a amarlo cuando estudiaba en casa en diciembre. Lo que pasa es que, en mi experiencia, cuando llevas un mes metido en casa empiezas a agobiarte. Así que si quieres empezar en tu casa porque te ha ido bien en la carrera, estupendo, pero yo no cerraría la puerta a la opción de la biblioteca; y lo mismo con la opción de la biblioteca. Sobre todo, hay que estar atento a cuándo cualquiera de los dos sitios empiezan a quemarnos y ser flexibles en nuestra estrategia. Los cambios pueden ser muy refrescantes en la monótona vida del opositor. Aquí tenéis el relato de cómo yo, defensora a muerte de la biblioteca, acabé de ella hasta el potorro y me tuve que encerrar en casa.

¿Qué más temas pensáis que es bueno aclarar antes de ponerse a estudiar?

Abrazos y ánimos gigantescos.

NOTA: La imagen pertenece a esta página. Sería mi vestimenta ideal para el estudio en casa, pero no los he encontrado de mi talla.

martes, 16 de febrero de 2010

Introspección


Uno de los principales problemas de prepararse el PIR a distancia es que estás solo. En una academia hay un temario, unos objetivos para cada semana y unos profesores que te ayudan cuando te atascas. Cuando estudias una oposición, eres tú quien decide qué apuntes o manuales estudiar, quien se marca los objetivos y quien tiene que desatascarse si se atasca. He visto casos de gente que ha preparado este año el PIR y se ha tirado dos meses con una asignatura, o ha llegado a diciembre sin haber empezado la segunda vuelta porque se había dedicado a resumir todos los apuntes de CEDE. Cuando estás solo, no tienes con quién compararte. No sabes si vas demasiado lento o demasiado rápido o si deberías echar más o menos horas.

Para colmo, nunca antes te habías enfrentado a un reto como éste. Tienes que retener muchísimo material con un gran nivel de detalle, y te preguntas si todo eso te cabe en el cerebro. Recuerdo mi primer día de estudio PIR, con el libro de Terapias de Estrella bajo el brazo, camino de la Biblioteca de Andalucía, en Granada. No tenía ni idea de por dónde coger aquello. Llegué y empecé a subrayar desde el primer tema, intentando aprenderme al pie de la letra autores y fechas de algo tan absurdo como la psicología en el Renacimiento. Si volviera atrás en el tiempo sabiendo lo que sé ahora, mi primer día de estudio habría sido muy distinto.

El secreto para no atascarse, para no quemarse y para ser capaz de desarrollar un método de estudio tan bueno como el de cualquier academia o mejor, está en una sola palabra: INTROSPECCIÓN. Ya lo mencioné en la entrada anterior, pero me gustaría aclarar el concepto.

La introspección empieza antes de ponernos a estudiar. Ya hablaré del tema del tiempo y las horas, pero es común cuando uno se pone a estudiar el PIR pensar que esto es una especie de carrera y que mientras antes empecemos a correr, antes llegaremos al nivel de los que han salido antes que nosotros. A mí al menos me pasó que no quería más que estudiar, echar horas, avanzar en el temario y tener la sensación de que estaba haciendo todo lo posible para aprobar. No empecé a buscar información sobre técnicas de estudio hasta el segundo mes, y creo que no me las tomé en serio hasta noviembre. Lo único que quería era terminar la primera vuelta para sentirme segura.

Hoy me gustaría haberme dado un tiempo para averiguar cómo iba a abordar la oposición. Lo que pasa es que yo, como muchas otras personas, pensaba que estudiar ya sabía, y que el PIR consistía en estudiar como lo había hecho hasta ese momento, pero más. Esto es un error, como iremos viendo en este blog.

¿Cuándo nos han enseñado a estudiar? En general, la ecuación que se nos inculca en el cerebro, tanto en el colegio como en la facultad, es la siguiente: nota=esfuerzo+tiempo. Mientras más esfuerzo y más tiempo, más nota.

Voy a confesar algo. Yo soy una vaga. Me ha librado de convertirme en una ni-ni porque tengo un gran sentido de la responsabilidad, pero mi naturaleza es hipoactiva. Conservación de la energía, lo llamo yo. Además, me encanta tener tiempo libre para dedicarlo a hacer lo que me gusta, y estudiar ha empezado a gustarme ahora. Así que esa ecuación nunca me ha convencido. No es que no sea cierta; es que le faltan parámetros. Por ejemplo:
- La técnica. Importantérrimo. Me vais a leer esto un montón de veces.
- La inteligencia. Y no me refiero sólo a la capacidad para procesar información o a la acumulación de conocimientos. Sobre todo, hay que ser inteligente para aprovechar el tiempo y para optimizar los resultados, es decir: adaptar lo que haces a lo que te piden que hagas. Esto, que puede parecer de cajón de palo, no es tan sencillo.Ya lo iremos viendo.

Estos dos parámetros, por sí solos, pueden modificar enormemente el valor de la ecuación. Pueden elevarla al cuadrado o volverla factorial (!). Así que, aunque está muy bien que coloquemos valores altos en la casilla de esfuerzo y de tiempo, si aumentamos los parámetros técnica e inteligencia ese esfuerzo y ese tiempo nos van a cundir muchísimo más. ¿Cómo se aumentan? Volvemos a la palabra clave: introspección.

Antes de empezar a estudiar, date un tiempo. Yo sé que cuando llegan los apuntes a nuestra casa, tan calentitos, llenos de conocimientos, dan ganas de ponerse a empollar donde sea con tal de sentir que estamos un poco más cerca de la plaza. Pero no corras. Imagina que antes de ponerte a estudiar, consigues aumentar tu velocidad de lectura en un 150%. Esto quiere decir que si tienes seis meses para estudiar, será como si te regalaran otros tres. Si consigues doblarla, tendrás de repente un año más de estudio. Si aprendes sobre reglas mnemotécnicas y ahorras el tiempo de repasar una y otra vez tablas de datos o nombres de autores, añadirás más meses a tu calendario. Así que créeme: una semana o dos de introspección antes de empezar a estudiar, serán la mejor inversión que puedas hacer.

Yo empezaría por aquí. Mañana seguiré hablando de este tema.

Saludos y ánimo.

Cómo prepararse


Meterme a hablar de técnicas de estudio sin aclarar previamente qué es lo que vamos a estudiar, puede parecer un poco raro. Digamos que no quiero repetirme sobre temas que están comentados más que ampliamente en el foro. Además, yo sólo he estudiado con Estrella, excepto consultas puntuales de un par de libros, y realmente no puedo opinar sobre academias más que en base a lo que he leído de ellas.

Creo que cómo prepararse el PIR es una decisión muy personal que depende de muchos parámetros. En mi opinión, los tres más importantes son: dinero, tiempo y expediente. No voy a hablar de personalidad o de capacidad de estudio, porque creo firmemente que la fuerza de voluntad y la disciplina se pueden desarrollar, y que cualquiera puede convertirse en un buen opositor. No me vale eso de "me voy a una academia para que me obliguen a estudiar". Creo que no es un buen motivo para decidirse por una academia, porque al final vas a ser tú el que se va a tener que sentar y hacer el esfuerzo mental de aprender.

Como os he dicho, es un tema que está más que debatido. Sin embargo, es posible que os interese mi opinión personal y subjetiva porque la valoráis y tal. Por si es el caso, os la voy a dar, pero por favor, tomadla como una opinión más, no como la Biblia del PIR. Me baso en mi propia experiencia, en los resultados que estoy observando entre la gente del foro y en todo lo que se ha dicho respecto a los distintos apuntes y academias.

Hoy por hoy, estoy a favor de los manuales. Aunque me ha ido bien con Estrella, y me podría haber ido mejor sin salirme de sus apuntes, creo que los manuales contextualizan la información, facilitan su retención y previenen posibles preguntas rarucias de examen, como las basadas en ejemplos literales. Creo que los manuales son la apuesta más segura para el tipo de examen que se está viendo.

Sin embargo, si tomamos como guía las variables que os he comentado antes (dinero, tiempo y expediente), la opinión de arriba puede verse ligeramente alterada. A saber:

- Con mucho dinero y tiempo disponible, yo me iría a FOCO. Sea cual sea mi expediente. Si tengo el expediente alto, mejor sacar un gran examen que me permita elegir plaza. En los últimos años, es la academia que está teniendo mejores resultados, y si los datos la avalan y sus alumnos hablan bien de ella, es por algo. Me parece la mejor opción, y habría ido allí de haber tenido pasta.

- Con poco dinero+poco tiempo+expediente normal o alto, me iría a por Estrella del tirón. Con un expediente de 2'2 en adelante, entra dentro de lo factible sacarlo a la primera, y para evitar perderse en manuales o gastar el tiempo en resumir y hacer esquemas, me parece que Estrella es la mejor opción. Por otra parte, está por ver qué tal van los apuntes nuevos de CEDE. Para ser sincera, la muestra que tienen colgada en la página me parece que tiene muy buena pinta. Pero de momento son los apuntes de Estrella los que conozco y los que recomiendo.

- Con bajo expediente, la cosa se complica. No tengo bajo expediente, así que me baso en el tipo de exámenes, en la experiencia de otras personas y en las puntuaciones de los últimos años. Mi opinión personal es que un expediente bajo tiene que ir a por los manuales y mentalizarse de que igual no lo saca a la primera. Hay que ir a por todas desde el principio, está claro, pero quizá los astros se tengan que alinear un poco más para un expediente bajo, y eso puede llevar su tiempo. Si yo tuviera un expediente bajo, me compraría la guía de FOCO y los manuales e intentaría abarcar el máximo posible de materia.

Dicho esto, doy el tema por liquidado. El blog se va a referir a manuales y apuntes por igual, y por supuesto a quien esté estudiando en su casa (aunque si a alguien de academia le puede servir alguna idea, mejor que mejor, pero parto de la base de que ellos tendrán más idea que yo).

Saluditos.

lunes, 15 de febrero de 2010

Presentación

¡Hola gentuza!

La mayoría de vosotros ya me conocéis. Me llamo Marina y soy psicóloga. Hice la carrera en la Universidad de Granada y me licencié en junio del año pasado con un 2'83 de expediente y doce matrículas de honor. Estudié para el examen PIR desde junio de 2009 a enero de 2010 y he sacado un 589 en el examen (208 aciertos, 35 fallos, 7 blancas). A falta de las impugnaciones, la cedecalculadora me deja en el puesto número 12 del año pasado. Muy mal se tiene que dar la cosa para quedarme fuera.

¿Por qué abrir este blog?

A partir de algunos post en el foropir y respuestas a preguntas en formspring, hay gente que me ha escrito pidiéndome consejo para estudiar. Yo no creo tener un método de estudio mejor en términos de resultados que mucha gente, lo que queda demostrado por el hecho de que hay bastantes exámenes mejores que el mío. Sin embargo, sé que hay cosas que he aprendido sobre opositar en general, y sobre estudiar el PIR en particular, que me habría sido muy útil saber hace siete meses.

No voy a contaros la receta del éxito. El PIR es una oposición difícil y yo tengo a mi favor el expediente y que llevaba una buena base de la carrera. Lo que sí os puedo contar es cómo lo hice yo y qué cosas me habría gustado saber antes de empezar para ahorrar tiempo y esfuerzo. Aquí va el primer consejo: no os creáis lo que os diga nadie, incluida yo, hasta que no comprobéis por vosotros mismos que funciona.

Me gustaría que el blog fuera una fuente de ideas, más que un manual-para-estudiarse-el-PIR-according-to-Brujinus. Esto no es una academia. Yo me preparé el PIR sola en la biblioteca, sin más apoyo que el de la gente del foro y algunas páginas y libros sobre técnicas de estudio que ya os iré recomendando. Lo que he descubierto es que lo más importante es estar dispuesto a aprender a cada momento, a cambiar las estrategias que no funcionan y a insistir en las que funcionan. Estudiar una oposición es un arte y un trabajo que cada vez se puede desempeñar mejor. Para esto, lo que hay que hacer es, como en cualquier otro trabajo, un ejercicio constante de introspección. ¿Qué estoy haciendo bien? ¿Qué debería dejar de hacer? ¿Qué podría mejorar?

Espero que aquí encontréis buenas ideas para mejorar vuestro método de estudio, pasarlo bien estudiando y conseguir buenos resultados. Espero también que aportéis vuestras ideas, vuestra experiencia opositora (que en algunos casos es mucho más amplia que la mía) y vuestras dudas particulares.

Aún no tengo del todo claro cómo voy a montar esto, pero espero ir sacándolo adelante y que me disculpéis los posibles fallos.

Besitos y abracitos,

Marina.